El equipo brasileño se pone serio… ¡casi!…

En plena ola de frío polar en Buenos Aires, las oficinas del Monumental parecen más una pista de patinaje que un lugar de negociaciones futbolísticas, pero eso no impide que los abogados jueguen al ping-pong telefónico. Mientras que en Núñez tienen los cañones apuntando a algo tan grande como el Obelisco: traer a Maxi Salas, en Fortaleza, Brasil, buscan pescar un Bareiro antes de que el mate se enfríe.

Los muchachos de Fortaleza no se quieren quedar en el fondo del Brasileirao, que están más abajo que un submarino sin periscopio, y buscan darle una alegría a su gente. Juan Pablo Vojvoda, que parece tener más trucos en la manga que un mago en Las Vegas, ha decidido poner su ojo en Bareiro, porque una Copa Libertadores sin un delantero paraguayo es como un asado sin chimichurri.

La oferta sobre la mesa deja a los directivos de River más confundidos que un perro en un museo de espejos: Fortaleza ofrece hasta 3.5 millones de dólares por el 70% del pase de Bareiro, que viene de apagar incendios goleadores en Qatar y tiene a su favor una estadística inusual en River: cero goles en varios partidos. Si River Plate acepta este trato, el paraguayo se va derecho a las playas de Fortaleza, mientras Gallardo libera el cupo de extranjero para seguir coleccionando figuras como si fuera un álbum de figuritas.