El arquero compara con humor a sus clubes…

¡Atención fanáticos de las arquerías al sol y al viento del norte! Marcelo Barovero se pone las manos mágicas de la suerte y declara con una sonrisa de oreja a oreja que Rayados parece una copia en carbón de River Plate, pero con sombrero de charro. Entre gargantas de estadio y botas tejanas, compara la sangre fluvial con el río de la Plata con sabor a tequila.

Con aquella mirada perdida del que ha visto el penal volador de Gigliotti más veces que los capítulos de El Chavo del 8, ‘Trapito’ siguió contando historias de fantasmas de Copa con llaves maestras para abrir partidos cerrados. En su nuevo papel como director de una academia de arqueros, parece un mago que transforma guantes de látex en varitas mágicas. ¡Los estudiantes practican cómo salvar penales, incluso si son pateados por su tía en la sobremesa!

Barovero y Armani, los Batman y Robin del arco, se cruzaron miradas de amor a primera vista futbolera, reforzando la leyenda de que el semblante frío del arquero se derrite ante el cariño de ‘La Banda’. Y mientras Dibu Martínez revoluciona el puesto como si fuera el cafecito mañanero más fuerte de la tierra, Marcelo se toma tiempo para asistir al partido de leyendas. Dicen que incluso los muros tienen oídos, pero en el Monumental, tienen ojos pintados y se llaman Barovero.