Locos octavos y sueños rotos…
En una tragicomedia futbolera digna de un tango llorón, Boca salió bailando el vals con Atlético Tucumán y se despidió de la Copa Argentina con un agridulce 2-1. Mientras los xeneizes guardan el uniforme en el placard, Atlético toma el bondi hacia una cita con Newell’s en cuartos. Los hinchas de Boca, como pibes que se olvidaron de estudiar para el examen, miran al techo recordando mejores tiempos.
Pero ojo, que este culebrón no termina ahí. River aún tiene la chance de jugar la gran carta en Santiago del Estero ante San Martín de Tucumán. Ahí, con el fervor de un asado bien cargado en la parrilla, buscarán seguir soñando con la copa de la abuela. Si la suerte les sonríe cual bola mágica de kermés, los millonarios chocarán bigotes con Unión de Santa Fe en la siguiente ronda.
Por otro lado, el tablero de octavos ya tiene varias piezas moviéndose como una partida de ajedrez con chorizos. Desde Independiente Rivadavia contra Central Córdoba, hasta San Lorenzo que bailará con Tigre. Independiente está en el escenario principal de este enredo, chocando con Belgrano. ¡Ay, querido lector! Esto es como mezclar mate con Fernet, una locura deliciosa. ¿Quién dijo que el fútbol argentino no es puro arte y delirio?