¡Quién lava más camisetas ajenas!…

Desde augusta llama de 1913, cuando todavía dábamos vueltas en carros tirados por caballos, Boca y River disputan un duelo más viejo que las páginas amarillas. Esos 111 años pasaron volando más rápido que un picado entre abuelos con bastón, y tras 263 encontronazos tiraron más patadas que en un asado mal cocido. En el primer partido, los jugadores todavía se escondían detrás del bigote de Don Ángel Labruna.

Este domingo, el Monumental será escenario de un nuevo grito desesperado por ver quién manda. Boca lleva la batuta con 92 victorias y se cree el líder del cartel como un mariachi en el metro, mientras que River disfruta de su trono sobre el césped con su ventaja de 14 triunfazos cuando el estadio vibra al ritmo de una zamba eléctrica.

River, de local, ha ganado como profeta en su tierra, llevando una ventaja de 14 platos calientes sobre Boca. Pero el Xeneize, con 75 triadas sobre el lomo en la Primera División, busca cualquier zafarrancho para hilar una victoria más este domingo, como un jugador que mete la mano en el tarro de galletas prohibidas. Al fin de cuentas, el fútbol es como un buen tango: hay que saber cantarlo, pero mejor aún, bailarlo sin pena. ¡Ah, este superclásico, una telenovela escrita por el mismísimo Cachito Vigil!