El detective Borja y su duelo con el Gato Andrada…
El misterio de la falta de goles sigue persiguiendo a Miguel Ángel Borja como una sombra en una película de misterio, y en su último intento por alcanzarlos, chocó de frente con el Gato Andrada, un arquero que es más ágil que un gato de dibujos animados. El colombiano entró al partido cual detective en busca de pistas, pero el balón parecía tener otras intenciones y River terminó lamentándose con más suspiros que una novela de amor.
La trama se desarrolló en el estadio Rose Bowl, donde Borja, que entró en el segundo tiempo como si fuera un superhéroe llamado por emergencia, desperdició dos chances con la precisión de un pato mareado. Primero, en un contraataque tan perfecto como un pastel de triple chocolate, recibió un pase delicioso pero lo mandó con menos fuerza que los pasos de mi abuela. Luego, en una segunda oportunidad tan clara como un día soleado, la mandó directo a las manos del Gato Andrada, que atajó con la agilidad de un ninja.
Con los astros en su contra y una mufa que ni el hechicero más poderoso podría quitarle, Borja se mostró tan perdido como un tenedor en una sopa. La estrella del colombiano se asemeja a una estrella fugaz: uno espera que brille pero al final todo queda en oscuridad y deseos sin cumplir. Y mientras el Gato Andrada sigue siendo el héroe, Borja juega a las escondidas con el gol que prometió encontrar. ¡La caza continúa!