La odisea de un central entre dos mundos…
¡Recién salido del horno y con aroma al típico chivito uruguayo, Sebastián Boselli llega a River después de protagonizar un tira y afloje digno de una telenovela! Estudiantes intentó retenerlo con la misma fuerza que un perro persigue una pelota hinchable, pero Marcelo Gallardo, como un maestro del ajedrez, movió sus fichas con precisión. Cuando Alayes, el manager del Pincha, pedía “sentido común”, Gallardo ya había llamado al uruguayo más rápido que un delivery de empanadas.
La novela continuó con un toque de sabor internacional: River notificó a Sebastián a última hora del domingo, justo cuando él estaba a punto de disfrutar un mate tranquilo. Al día siguiente ya estaba en Buenos Aires, con una precisión suiza para hacerse los estudios médicos tan rápido que ni la licuadora pudo alcanzar esa velocidad. El Pincha se quedó lamentando mientras Boselli, joven promesa del fútbol, se preparaba para entrenar bajo la atenta mirada de Gallardo, que lo espera ansioso como perro en festival de asado.
Ahora, con 2.209 minutos bajo el brazo y más amarillas que un taxi en Nueva York, Boselli espera llenar el vacío en la defensa de River. Gallardo tiene más planes para él que una tía con sus recetas secretas, y con transferencias de jugadores más movidas que una feria de barrio, el uruguayo es la nueva esperanza. Con las comparaciones entre culturas, transferencias y fútbol, recordemos que en el fondo, el fútbol es como la vida, a veces es una risa y otras veces una falta… pero siempre se juega un tiempo extra.