Arte y fútbol: los Monets del Monumental…

En una muestra de arte donde un lienzo no es más que una versión joven de un pasto bien cortito, Brito apareció como el crítico de arte más curioso del mundo del fútbol. Allí, rodeado de pinceladas playeras y esculturas tan abstractas que parecía el esquema táctico de un DT en apuros, revivió con ojos soñadores el tiro libre de Franco Mastantuono ante Boca. “Es una obra maestra, un boceto del cielo que nos cayó en un partido”, declaró emocionado, como si esa pelota desobediente hubiese pintado el arco rival más veces que el bigote de Dalí.

La Fundación River, siempre con la chispa solidaria en el guante, organizó esta exposición como quien combina a Picasso con una arenga en el vestuario. “Es un fenómeno ver a los hinchas reflexionar sobre obras repletas de pelotas y goles”, confesó Brito, abrazando una gigantografía del recordado 9 de diciembre de 2018, cuando la cancha fue una ópera de goles. Como un Tolkien del fútbol, esas imágenes cuentan historias que incluso los niños no tan fans de River devoran con entusiasmo.

Y como si fuese una novela de García Márquez, se entrelazan personajes como el Chori y el Pato, desbordando de historias entre selfies y tanta charla que, si no llevan cuidado, podrían proponer un congreso de literatura en el área chica. “A través del arte ayudamos a los clubes de barrio”, comentó Brito como si saliera de un mural pintado por los dioses del fútbol con brocha gorda. En un guiño a la galería de curiosidades, Mastantuono sigue teniendo el arco de Marchesín inmortalizado como si fuese la Mona Lisa riojana, recordando que, en Núñez, cada gol es un cuadro y cada hinchada, un poema en technicolor.