Cuando el Cachete tiene más truco que el mago…
¡Abran paso señores que llegó el Cachete Houdini de Nuñez! Fabricio Bustos se puso la capa que dejó Montiel y, sin trucos de magia ni conejos en el sombrero, se mandó el show de su vida en el Monumental. Impecable con su defensa, el tipo parecía tener más brazos que un pulpo en una licuadora. No solo hizo olvidar al campeón del mundo sino que pasó entre las filas del Independiente del Valle con la gracia de un superhéroe de historieta, dejando a los rivales con cara de “¿qué acaba de pasar?”
Este mago del césped no solo defendió como un perro de presa cuidando un hueso, sino que convirtió la banda derecha en una autopista hacia la portería ecuatoriana. Forzó un autogol de esos que ni los guionistas de cine hubieran imaginado, y sirvió una asistencia de gourmet que hizo llorar de emoción a Mariano Closs. ¡Nada mal para alguien que hace nueve días estaba pegando volantines para recuperarse de una lesión que parecía tan tremenda que hasta el Dr. House se habría tomado un cafecito antes de diagnosticar!
Pero esperen, hay más: el pibe este tiene un chip de GPS incorporado en el cráneo que le permite ver cada jugador libre como si fueran pokemones en la cancha. Metió 56 pases al pie de Meza en modo mago, y aseguró la goleada con ese estilo canchero que Gallardo tanto saborea. Acá no se necesita Mandrake ni Mickey con sombrero brujo, ¡esto es fútbol mágico! Y viva Bustos, carajo.