El enroque futbolero que dejó a River eufórico…
En una movida tan sorprendente como ver a un arquero usando zancos, Fabián Bustos hace un giro de 180 grados al estilo bailarín de tango y pasa de la salsa picante de Universitario de Perú al tereré con guaraníes de Olimpia de Paraguay. El tipo se lleva más boliches en la cintura que un bailarín de samba. Ahora, toma el timón del barco paraguayo que Martín Palermo había dejado con más agujeros que un queso suizo después de la goleada 4-0 contra Vélez.
El pobre Palermo quedó como aquel que organiza el asado y le queman las achuras. Aún siendo campeón local en 2024, su puesto naufragó como un paraguas en tormenta de marzo. Y ahí aparece nuestro hombre, Fabián, que después de fundar un club en cada esquina de Ecuador, acepta el llamado del equipo franjeado con la sonrisa de un vendedor de humo en oferta. Ahora, se viene el duelo, el choque cósmico universal el próximo 8 de mayo cuando Vélez y Olimpia se enfrenten. ¡Una batalla tan épica que el balón podría salir volando hasta Marte!
Por otro lado, la partida de Bustos deja a los hinchas de Universitario con el ánimo más caído que un jugador que se pierde el penal más fácil del mundo. ¿Quién será el técnico? ¡Ya suenan nombres más rápido que una pelota en un tiro libre! Ricardo Gareca parece un sueño imposible, porque ‘El Tigre’ está más atado a sus contratos que los botines al césped. ¿Será Jorge Fossati? ¡A saber! El futuro pinta más impredecible que las decisiones de un árbitro en día de clásico. Mientras tanto, River sigue armando estrategias como un hincha que organiza su quincho para la previa del partido.