Descubriendo el caos detrás del mercado de pases…
Ojo, que el Clausura está a la vuelta de la esquina y el mercado de pases es más agitado que un gato persiguiendo una luz láser. Tenemos regresos estelares que harían llorar de emoción hasta al más duro. ¡Angel Di María vuelve a Rosario Central! Es como si Messi se presentara en tu picadito de los miércoles. Y no podemos olvidar a Leandro Paredes en Boca – el Parque de los Príncipes debe estar sollozando en una esquina. Mientras tanto, Franco Mastantuono cruza el charco rumbo al Real Madrid. Zidane probablemente ya esté buscándole una chocolatada y una frazada de River a este nuevo Galáctico.
Ahora, metéle freno a tu ansiedad un minuto. Según las leyes del universo futbolero, que seguramente escribieron entre los Mayas y San Filipo, los equipos pueden jugar al Monopoly de las inscripciones hasta el 10 de julio, y si tenés ganas de cambiar tus figuritas hasta el 31 de agosto de 2025. Sí, amigos, planificá tus vacaciones porque acá la cosa dura. Ya me veo a los dirigentes con calculadoras a vapor, planillas de Excel y bolas de cristal compradas en MercadoLibre.
Y en medio de todo este vaivén, los clubes parecen más personas en una dietética que buscando su bolsa perfecta de refuerzos: el Vegano del préstamo, el Orgánico libre, y el Sin Gluten que vuelve de Europa por nostalgia. Desde Banfield hasta Unión, cada equipo tiene su pasillo y carrito de supermercado repleto de altas, bajas e intereses que parecen más un capítulo de “Game of Thrones” que una lista de compras. No sé ustedes, pero acá hay drama digno de novela. ¡Agarrate, Argentina, que se viene el culebrón futbolero del año!