El delantero con más magia que un mago sin conejo…

Facundo Colidio, el nuevo cometa Halley del Monumental, convirtió el césped del estadio en su pista de baile. Imagine por un momento al mismísimo Thor con su martillo deteniendo tackles con un guiño y a Jason Statham en cámara lenta sorteando defensores. Así es Colidio cuando elige su ruta. Ni siquiera un ataque de pubalgia pudo frenar este huracán futbolero que tiene a River en un puño.

Mientras en algún rincón del universo, Borja sudaba intentando encontrar el portal a su mejor versión, Colidio desplegaba en Santiago del Estero todo tipo de artefactos futbolísticos que bien podrían estar en un museo del Louvre: asistencias que al parecer llevan un GPS incorporado y regates que podrían hacer llorar al césped de la emoción. Esta máquina de fútbol parece decir: “¡No necesito marcar goles para ser el rey del estadio!”.

Con Salas y Driussi con más curitas que un botiquín de emergencia, Colidio no tiene permitido resfriarse. Sus gambetas dejan a los defensores consultando la brújula y sus disparos besando los postes, como si de una telenovela romántica se tratara. Sin duda, este hombre es el argumento perfecto para transformar cada partido en un espectáculo de variedades. Si sigue así, va a tener que pedirle a Messi que le preste un estante para guardar tanto talento.