Carrascal hace el samba en Río…

El Flamengo armó un sambódromo en su estadio para recibir a Jorge Andrés Carrascal, el ex River que llegó al club carioca tras una verdadera novela de suspenso que duró dos meses. Si Hitchcock reviviera, haría una película de esto, aunque no habría pájaros, sino pelotas voladoras. Carrascal llegó a Río con tanto ímpetu que parecía que venía remando desde Moscú, donde estaba jugando en el Dínamo. Apenas pisó Brasil, lo recibieron con bombos y platillos y un contrato hasta 2029. Vamos, Jorge, que Carnaval sobra para rato.

Mientras tanto, en Núñez, el estimado River se prepara para agrandar su alcancía con una tajadita de 150 mil euros gracias al mecanismo de solidaridad de la FIFA. Claro, es apenas un cambio en el bolsillo del jeque más humilde, pero que venga ese billetito. Imaginen a todo el plantel de River ahorrando para comprar una sola pizza siberiana. ¡Carrascal, por fin podés ser el salvador del hambre millonario!

A ver, Carrascal, querido. Dice Marcelo Gallardo que lo tuyo con la gambeta era como intentar bailar tango con patines. Y es que este flamante camisa 15 de Flamengo, siempre entre genialidad y desastre, sembró tanto vértigo que necesitaron Prozac en la grada. A ajustar el ritmo, ¿eh, Jorge? Que en Río, la samba manda y la gambeta es reina. ¡Suerte en Mirassol, maestro, que las curvas estén a tu favor!