El gran choque de emociones futboleras…

A ver, señora, prepárese un mate y siéntese que esto tiene más drama que una telenovela de la tarde. Resulta que nuestro amigo Martín Demichelis está a punto de volver al ruedo contra el amor de su vida: River. Como si fuera una cita a ciegas con un ex en el Mundial de Clubes, Demichelis calificó el choque contra River como “especial”. Imagínense el morbo, que hasta los billetes de 10 pesos piden entrar para ver el encuentro. Es el equivalente a una final de barrio con más historia que un álbum viejito de stickers de Supercampeones.

No les cuento cómo terminó la cosa cuando los hinchas de River lo despidieron al estilo club de señoras “fulbito y crochet”, con una mezcla de silbidos y aplausos, como queriendo decir “te queremos pero sólo un poquito”. Desde que el muchacho se fue a Monterrey, le llovieron más problemas que goles en un entrenamiento. Su equipo quedó eliminado de la Concachampions frente al Vancouver Whitecaps a lo “gol de visitante y chau chau adiós”, y todavía más, armaron un bolonqui con un vidrio roto que casi deja al pobre Canales como artista exclusivo del club del sutura.

Para colmo, el día del partido se le viene encima a Demichelis que, como un héroe de epopeya futbolera, sigue cargando el escudo de su noble causa de representarnos bien en este universo balompédico. Así que nada, chicas y chicos, ¡agarremos unas papas, el control remoto y preparemos el corazón para ese 21 de junio! Porque amigos, esto promete más drama que enfrentar a tu suegra en una pichanga. ¡Hasta entonces!