De Referéndum en la Rural al Carnaval de 40 equipos…

Rodolfo D’Onofrio, el Dumbledore de los hinchas de River que llenó las vitrinas con Libertadores como si fueran trofeos de fútbol-tenis en el patio del colegio, decidió colgar el sombrero presidencial. Es como si Gandalf dijera “no más magia, me voy a los Alpes”. En lugar de presentarse, apoya a su hobbit favorito, Stéfano Di Carlo, un joven de 36 años, para liderar el club. Rodolfófilos al borde del colapso y pidiendo su regreso tipo divas de telenovela, D’Onofrio afirmó mientras paseaba con alpacas en La Rural que “es hora de dar paso a otros”. ¡Cuidado, Stéfano, que la presión es tan grande como llevar al Morrón Rojas de shopping!

Por si esto fuera poco, D’Onofrio soltó un dardito picarón dirigido al torneo local. ¿Qué dijo? ¡Que el torneo con tantos equipos le parece un error tan grande como intentar explicar el offsides a tu abuela mientras prepara empanadas! “Si son felices con 30, querrán 40”, ironizó. Y añadió que deberíamos seguir el ejemplo de Europa, no el de esos campeonatos locos donde todos son felices porque ¡no hay descenso! Es como un recreo eterno en el que nadie quiere volver a clase.

“¿Por qué copiar a México cuando podemos copiar a los italianos?”, se preguntó D’Onofrio, proponiendo campeonatos largos como listas de compras de madre primeriza. Recapituló que, en su día, intentaron achicar la liga a 20 equipos mientras intentaban capear las tormentas de los clubes desesperados por no descender, quienes hicieron el elefante de “¡votamos que se queden 30!”. ¡Hasta el Chocho Llop se haría socio de River por una chance así!