Bautista Dadín y su golazo de otro planeta…
En un despliegue de dribbling digno de un concurso de carnaval, el joven prodigio Bautista Dadín hizo de las suyas en el campo de juego, como si fuera una mezcla de Messi, Maradona y un bailarín de tango salchichón. Después de una travesía por el Mundial de Clubes al estilo de La Odisea, pero futbolera, Bauti volvió a la reserva de River cual superhéroe con capa de millones. Sí, ¡100 millones de euros! Con una cláusula que podría comprar el Estadio Monumental y todavía sobraría para alfajores.
Literalmente voló sobre la cancha para empujar un centro con la precisión de un cirujano a la hora de cortar una línea de gol. Los hinchas casi se caen de sus almohadones de emoción mientras miraban el golazo con palomita incluida. Los diez minutos finales fueron más emocionantes que un capítulo de telenovela, con cambios de trama más rápidos que los regates de Bauti. El Calamar tuvo más problemas que un submarino en el desierto, pero Bauti encontró su oportunidad y clavó el tercer gol, asegurando la victoria.
¡Y qué decir del arquero Santiago Beltrán, que se paró en los tres palos como si fuera un guardián de las leyendas griegas! Tras un regreso digno de Rocky Balboa, Beltrán regresó al arco después de una pausa digna de un capítulo de tele-serie turca. Ahora con sus guantes de titán, disputa su lugar mientras las nubes del estadio aclaman a este titán de apenas 20 años. ¡Así es! En River la cosa va para largo y cada partido es una nueva aventura. ¡Qué sigan los goles y los mitos futboleros argentinos!