Ortega receta un menú futbolero de mejora extrema…
¡Qué lío! Parece que River Plate está tan perdido como un pulpo en un garaje. El pobre Marcelo Gallardo mira el campo de juego y piensa que sus jugadores están jugando con los botines atados. Tras el empate 1-1 con Universitario, el Burrito Ortega, que aún sigue más presente que el fernet en las fiestas argentinas, analizó el panorama. Sus palabras fueron como un misil en busca de azucarera: “¡Che, va a tener que mejorar muchísimo esto, eh!”, dijo, con un mate en una mano y una lupa para ver el juego en la otra.
Después de algunos partidos donde parecía que River jugaba con un GPS, ganándole a Boca y todo, llegó Platense a dejarlos sin señal WiFi. Fue como si les hubieran echado agua fría en pleno invierno: “No patearon ni regalando zapatos”, afirmó el Burrito, mientras clavaba un choripán al área rival solo con la mente. La semejante eliminación en el Torneo Apertura hizo que Ortega se agarrara la cabeza más fuerte que el Kun Aguero en un asado sin res.
Mirando al futuro, Ortega recordó que la Libertadores es “el asado del domingo” y que el Mundial de Clubes es “la fiesta de fin de año”. Mientras tanto, sigue creyendo que en River hay que ponerle más salero al asunto para salir campeones. Así es la vida en Nuñez, siempre una comedia eterna entre el fútbol épico y el delirio de una hinchada que nunca se da por vencida.