¡Mastantuono, el nuevo ídolo de Azul!…

Imaginate si en Azul un meteorito de euros cayera en medio de la cancha del Club Cemento. ¡Eso es lo que está pasando! La venta de Franco Mastantuono al Real Madrid ha arrasado con la tranquilidad del pueblo. La gente no sabe si llorar de alegría, correr en círculos o aprender a bailar flamenco. Lo cierto es que ese dineral podría construir no solo una tribuna para los visitantes, sino hasta levantar una pirámide en honor al nuevo faraón de Azul: ¡el mismísimo Mastantuono!

Armando Brancatelli, el mismísimo Houdini de Cemento, reveló que los 250 millones de pesos que recibirán son más pesados que un asado familiar un día de lluvia. Mientras River se sienta a degustar una picada de euros y paga un adicional por ketchup, Cemento va a llenar todos los huequitos con cosas que antes solo estaban en los sueños. “Con esa plata armamos un equipo campeón, una pileta olímpica y un estadio para la Copa Mundial de Azul. Y nos sirve para una vueltita por el super”, declaró Brancatelli en un frustrado intento de sonar serio.

En Azul nadie quiere ser Messi ya, ahora todos van por Mastantuono, el Messi versión 2.0 made in Cemento. Los chicos se pelean por calzarse la camiseta número 30, mientras sus abuelas cosen banderas a velocidades supersónicas. Ese chico que jugaba con dos equipos y hacía los deberes el lunes en Azul, hoy es la comidilla del pueblo y el orgullo de la abuela, como si cada domingo fuera el último capítulo de una telenovela. ¡Ah, Azul! Ciudad que transformó al potro Mastantuono en caballo blanco en el ilustre panteón de los talentosos balompederos que sueñan con conquistar España.