Gallardo, la lámpara de Aladino de Borja…

Marcelo Gallardo, cual genio paciente, decidió darle a Miguel Ángel Borja más minutos que a un capítulo de serie turca en horario estelar. El DT sostuvo al delantero colombiano bajo su ala tras el 3-0 contra San Martín de Tucumán, una victoria con unos toques de balón que dejaron a todos diciendo: “Lástima el final”. Mientras Borja se asocia como un experto en networking, los hinchas siguen con los nervios de punta cada vez que el ‘Colibrí’ se planta frente al arco y falla como wifi en la montaña.

Borja es la novela gráfica que todos discuten: era el rey del gol en la primera mitad del 2024, cual Haaland tropical, pero ahora sus goles caen más esporádicamente que meteoritos en la Tierra. Su último galope hacia el gol fue como un unicornio sexagenario perdiendo una carrera de galgos: marcó el cuarto en un 4-1, el quinto en un 6-2 y el postre en un 3-1. River le sigue dando chances futbolísticas, como esas ofertas de “compra uno y lleva el segundo al 50%”.

Mientras Driussi, Salas y Ruberto están en reparación, Borja debe convertirse en el caballero de confianza que Gallardo aspira. El ‘Colibrí’ postula que no es suficiente alzar la cabeza sin mover los pies en Avellaneda y Asunción. Y así, con la Copa Libertadores llamando, todo River, hasta el césped, espera que Borja vuelva a golpear el esférico con la poesía que alguna vez lo hizo famoso, aunque claro, con una flechita celeste en su corazón.