Un empate que dejó más nervios que un examen sorpresa…

¡Dejen paso a Javier Rabanal, el entrenador de Independiente del Valle y nuevo gurú del equilibrio emocional! Según sus propias confesiones, el equipo ecuatoriano experimentó un fenómeno tan raro como ver a un burro volando: mareo por exceso de goles. ¡Sí, señores! Ya iba Dos-Cero arriba, y cuando el tercer gol se asomó tímidamente, les dio tal vértigo que prefirieron aferrarse a la teoría del “mejor dejar el arco en cero”. Si hacer goles causa pánico, trivia del día, quizás lo que necesitan es más entrenamiento en videojuegos.

Resulta que los muchachos del Negriazul, encarando la altura de Quito con la firmeza de un bizcocho en bandeja, vieron cómo el ataque arrollador de River en seis minutos les robó el caramelo de la boca. ¡Ay, bendita Tierra del Juego Psicológico conocido como Fútbol! Los hinchas todavía buscan en el diccionario la definición inversa de “gol en contra”, y Rabanal está preparado para escribir su tesis llamada “¿Cómo perder un partido sin morir en el intento?”.

Y cuando todo parece calma tras el temblor, el profe Rabanal pisa el acelerador de la esperanza. Con el calendario apretado como un tren a las 8 am, este optimista nato predice victorias futuras como un adivino en feria de barrio. La gira turística del IDV incluye ciudades tan exóticas como Buenos Aires y Lima, prometiendo que pueden ganar en cualquier lado. ¡Ojo, River y el resto de los competidores! ¡No descarten al que juega con vértigo pero con coraje!