El volante galáctico que desborda la edad…
En un universo paralelo donde las leyes de la física van en offside, tenemos a Enzo Pérez, el hombre que desafía su documento con más empeño que Beckenbauer jugando al Pictionary. El gran capo de River, a sus impresionantes 39 años (más viejo que un vinilo de Pink Floyd, pero más fresco que una milanesa a la napolitana), sigue corriendo la cancha como un niño persiguiendo su primera pelota. ¡El tipo no afloja! Y mientras sus rivales se preguntan si come espinacas de Popeye en lugar de fideos, él ya lleva jugados 1,410 minutos en la temporada, quedando solo detrás de Armani, quien parece haber nacido con guantes de arquero puestos.
Es como si Enzo tuviera un pacto con el tiempo: mientras más viejo, mejor juega. ¡Es el Benjamin Button del fútbol! Con esas estadísticas que dejarían mudo a un loro y a Marcelo Gallardo más feliz que un perro con dos colas, Enzo se convirtió en la cábala viviente del River 2025. Y no es para menos, ¡los hinchas le pusieron un altar en el Monumental y le prenden velas los martes por la noche!
Y ahí no queda la cosa, porque Gallardo y Astrada le tiran flores con la precisión de un experto en bouquets. El Muñeco sube al podio de los elogios, dejándolo más arriba que un salto de canguro, mientras que Astrada explica su magia: no corre, flota, como un Messi de andar bonito y viste al ritmo del tango. El secreto es saber dónde se cocina la jugada antes que los demás, ¡literalmente un Nostradamus del mediocampo! Si fuera una canción, sería un tango con mucho swing… y con un bandoneón que nunca desafina.