Driussi: El rugido del Rey León en 45 minutos…
¡Santos tatuajes, Batman! Como si de una antigua ceremonia papal se tratara, mientras se elegía al nuevo León XIV en el Vaticano, River celebró un nuevo rugido en Guayaquil. Ahí, entre camisetas amarillas y banderas de bananero, apareció Driussi, o como le decimos cariñosamente, el León XV. Este cra’ solo necesitó de 45 mágicos minutos para deslumbrar el patio de juegos del Barcelona, y estoy seguro de que hasta las próximas patatas fritas lamentaron que saliera por precaución. Todo lo resolvió Gallardo, el Napoleón de los bancos.
Con un derechazo cruzado más preciso que una flecha de Robin Hood, Driussi convirtió el monumental estadio del Barcelona en su propia selva, haciendo que el balón obedeciera como una orden real. Recorrió la cancha como un Messi con GPS, asombrando incluso a sus socios defensores y haciendo que los rivales pensaran que era un holograma del futuro. Y no es cualquier holograma, amigos, es TatuajeMan, el héroe del área, dejando una estela de goles y tatuajes insuperables.
Muchacho, el quinto gol consecutivo, una racha de reyes solo igualada por los próceres Borja y Salas. Con esa sobrecarga de goles y un ímpetu que desafía la lógica, nuestro querido Driussi, si está mejor de la “carga”, va por más ante Barracas. La leyenda habla de un récord antiguo de 1932 que aún hace eco en las tribunas. Bernabé Ferreyra debe estar rugiendo desde su nube futbolera, suspirando con cada gol. Sin embargo, después de este rugido estelar, ¿quién podría detener a nuestro león tatuado?