Holan y la escena del crimen futbolero…

Imaginá esto: estás en un estadio monumental, literalmente, y sos Enzo Copetti, el goleador más hábil que desde el hombre de Cromañón ha visto el fútbol. A pocos minutos del final, tenés una chance de oro, el trofeo de chocolate Willy Wonka, frente a vos. ¡Y lo errás! ¡Sí! Nunca lo vas a creer, pero ese momento fue tan increíble como un pajarito azul entregando telegramas urgentes de gol en el aire.

Del otro lado, Ariel Holan, que se agarró la cabeza como si fuera el Correcaminos esquivando a Wile E. Coyote, tuvo que admitir que Armani, el portero de River, apareció de la nada como Superman cuando quiso y achicó el ángulo como un genio del tetris. Se quedó ahí, como El Santo, impasable, dejando a Copetti sin caramelos para repartir. Según Holan, Armani no solo tapó el gol, sino también una oportunidad de endulzar a todos los fanáticos canallas con una victoria épica.

Holan, en una conferencia digna de ser filmada en Cinemascope, dio mérito al, cito, “justo empate”, que sonó tanto a otro idioma que inspiró guiones de ciencia ficción. Piropeó a su equipo por el coraje, como fieras albóndigas atacando una sopa demasiado caliente, al enfrentar a River. Sin embargo, nos dejó claro que, aunque esta vez no fue, su equipo promete seguir desafiando a gigantes como si fueran David enfrentando a Goliat en zapatillas de estar por casa.