La Estatua de Gallardo Evalúa a River desde el Más Allá…

¡Bienvenidos al eterno laberinto de River Plate! Marcelo Gallardo, el hombre que casi necesita un GPS para escapar de laberintos y una lupa para ver su propia estatua, está lidiando con un dilema existencial: cómo hacer que un equipo de campeones y ex-campeones del mundo se ponga las pilas y deje la panza llena de triunfos.

Con River a punto de entrar a la “zona hot” de la competencia, el Muñeco intenta repartir dosis de paz zen. “Evadir la histeria”, dice, mientras murmura mantras en conferencias de prensa que parecen más sesiones de yoga futbolístico que ruedas de preguntas. Lo cierto es que la vara que dejó es tan alta que uno esperaría ver a jugadores con paracaídas cada vez que salten al campo.

Así es, en el Monumental no solo se juega al fútbol; también se juega al Tetris emocional. Tras el reciente enojo monumental (y no hablamos del estadio esta vez) debido a la caída en la Supercopa, Gallardo busca la manera de dar el empujón justo al plantel. ¿Logrará este River confiar en su esencia y dar el golpe de horno cuando la competencia se caliente como una pava de mate? Pónganse cómodos, porque la novela sigue.