Suso y la melodía del lunes sin defensa…

Gimnasia está más complicado que slalom en bicicleta, arrastrando una racha tan negativa que sus hinchas ya tienen el rosario vapeado. Se arremanga para recibir a River con la expectativa de hacer el batacazo, la de dar vuelta el partido con la suerte de un truco de magia de borrador. Atrapado en el puesto número 11 de la zona B, Diego Flores parece más Houdini que técnico, negociando con los astros para colarse en los playoffs mientras se le escapan los puntos como arena de la mano. Y como si su laburo no fuera ya un crucigrama en chino, tienen que hacerlo sin Suso, el tipo que trajo para ser la pared pero le salió sorteo y se quedó sin fichas.

La ausencia de Gastón Suso, cual pileta en pleno invierno, deja más huecos que queso suizo. Con su último pase directo a las gradas por roja incluida y luego de un clásico de reaparición fulgurante, el defensor llega a su quinta tarjetita amarilla, lo que lo envía, cual escolar, a una habitación de castigo. Mientras tanto, las tácticas de Diego Flores parecen salir del sombrero de un mago cómico: Renzo Giampaoli, bautizado por alguno como ‘el joven pato’, toma su lugar junto al inmortal Leo Morales. Y no, no teman, hay más: Juan Villalba, de apenas 19 añitos, está por ahí merodeando el campo por si acaso. ¡Va a ser un tango del más profundo!

River frota las manos, mas rápido que un chef con hambre, para sacar provecho de este lío defensivo. La idea: volver al gol como loco y corregir la falta de eficacia, que hasta ahora parece más de oficina que de cancha. Y atentos porque el 11 de River está que chispea, con nombres que son como cartas de póker: desde Franco Armani hasta una delantera de póker a fuego lento. Esto promete ser más emocionante que una final de ajedrez, aquí todo es anticipable menos lo que pueda ocurrir. Todo dicho, estamos a la espera de ver si el ‘Lobo’ logra su aullido milagroso o si River canta bingo en el bosque.