Dadín, la promesa que vale más que un billete de lotería…
En la tierra de la pasión futbolera, River no compró una nueva estrella, sino que la forjó en sus canteras. Como si fuera un alquimista loco, el club de Núñez decidió bañar de oro a Bautista Dadín, anunciando su contrato con una cláusula de rescisión que bate todos los récords: ¡100 millones de euros! Esta cifra no solo causa mareos y vértigos en los libros de historia, sino que pone a la Reserva del CARP a la altura de equipos galácticos. Mientras tanto, Dadín sigue practicando tiros al arco soñando con meter goles desde Marte.
River parece una fábrica de billetes que no para de imprimir renacuajos con etiquetas de precio más altas que el Obelisco. Entre ellos, Mastantuono y Pavón también disfrutaron de cláusulas que hacían pensar que jugaban atados a lingotes de oro, pero sus posibilidades se esfumaron más rápido que un gol en el último minuto. Mientras algunos clubes europeos ya calculan si hipotecar media ciudad para llevarse a estos jóvenes talentos, Marcelo Gallardo seguramente ya anda buscando dónde guardar su nueva joyita para que no se la lleven antes de debutar.
Es un misterio cómo mientras otros clubes guardan la info de sus cláusulas con más recelo que la receta de la Coca-Cola, River y Boca sueltan estas cifras al aire como si fuera confeti. ¡Ah, el fútbol argentino! Donde los pibes parecen venir con etiquetas de “manéjese con cuidado”, y cada renovación es vista con más expectativas que el desenlace de una novela. Así que, entrando en un clima de intriga y pasión, nos mantenemos en ascuas por ver si Dadín se convierte en el nuevo Cannavaro… ¡o al menos en un Cannoli de calidad argentina!