El show de magia del árbitro Sebastián Zunino…
La cancha del Monumental parecía una obra de teatro del absurdo, con papeles protagonizados por jugadores y el elenco especial: ¡el referí Sebastián Zunino! La obra comenzó cuando Driussi, el Rembrandt del balón, decidió pintar un gol desde afuera del área. Pero justo cuando iba a enmarcar su obra, el drama se desató: la cabeza de Rak intervino con un inesperado solo de teatro caído, y el árbitro interrumpió la sinfonía como si fuera el maestro de ceremonias en un circo romano.
¡Detengan las prensas! dijo Zunino, como si la caída de Rak fuera un meteorito cayendo en el Monumental. La tribuna, hambrienta de gol, reaccionó como si les hubieran dicho que la fecha de la final del Mundial se movió. Mientras tanto, el buen Rak descansaba en el suelo como un turista en la playa, solo que sin sombrilla ni arena.
Y entonces, en una obra maestra de ilusionismo que haría ruborizar a Houdini, el juego se reinició con un tiro libre para el guapo Barracas. ¡Inspectores de la FIFA, llamen al Mago Copperfield! ¿Qué interpretación es esta? Ahora, los hinchas se preguntan si Zunino estaba secretamente practicando para el próximo programa de talentos. ¡Solo falta que el próximo partido lo reanude con un conejo saliendo de la gorra!