El capitán que quiso ser invisible…
En un giro más sorprendente que el mate cocido preparado por Lionel Messi, el capitán noruego del Urawa Red Diamonds decidió que saludar era cosa de débil mentalidad. Marius Høibråten, en una movida que ni los más suspicaces guionistas de telenovela hubieran anticipado, optó por mantener sus manos donde el arquero las ve y esquivó el protocolo como si fuera un reto de TikTok.
El escándalo dejó boquiabiertos a Gonzalo Montiel y Germán Pezzella, quienes intercambiaron miradas de “¡Esto es pocaropa!” mirando al nórdico como si él fuera un árbitro sonándose la nariz con la camiseta del equipo rival. Y mientras el resto del equipo japonés casi inicia una ola de saludos como en un recital de rock japonés, Marius prefirió abrir su propio “yo me paso el protocolo por el sobaco”.
Por si el desaire no fuera suficiente, River decidió levantar la bandera del orgullo anfitrión y con la precisión de un satélite en órbita, Facundo Colidio dejó su huella en el marcador al cabecear con la elegancia de un cóndor en el viento. Los surcos del partido seguían bifurcándose, pero ese saludo invisible quedará en la historia como un mítico truco que ni el mismísimo Houdini se atrevería a replicar.