Enzo Pérez y el zurdazo del año anulado…

¡Así es, damas y caballeros! Enzo Pérez, el hombre que le dio vida al balón con un zurdazo digno de una pintura renacentista, tuvo su momento de gloria efímera en el mítico estadio Monumental. En un universo paralelo, ese tiro al arco tenía su entrada asegurada al Salón de la Fama de los Remates Legendarios. Pero, como si fuera un sketch de comedia, el árbitro Nicolás Ramírez, en conjunto con su inseparable partner VARman, Fernando Echenique, tuvieron otros planes: un offside de Gonzalo Montiel paró el conteo de goles antes de empezar.

La multitud estaba más emocionada que un perro en una pileta de pelotas de tenis. Incluso Marcelo Gallardo, desde el banco, dejó asomar una lágrima de emoción. Pero al estilo de esos momentos en los que la abuela dice “no hay postre hasta que te comas las verduras”, llegó la decepción cuando el VAR entró en acción. Ranieri, el asistente 2, decidió tomarse una siesta rápida y no vio la trampa de Montiel, quien estaba adelantado por un tímido bigote.

Pero espera, hay más; según los expertos, un jugador de San Lorenzo tocó la pelota en su desesperación por evitar males mayores. Por lo tanto, este culebrón deportivo dejó una lección: el fútbol es una caja de misterios, y el VAR es su sommelier, sirviendo fuera de juego como si fueran vinos selectos en un banquete imposible.