El club del millón de prendas promete sorpresas…
River Plate anda más revuelto que mate cocido sin azúcar: ya se habla de las elecciones como si fueran el Mundial de los políticos del fobal. Stefano Di Carlo, el secretario general, con más viento que un globo inflado con helio, asegura que discreción es su segundo nombre y que el oficialismo lanzará un solo candidato, ¡como si estuvieran encerrando el secreto más grande desde la fórmula de la Cocacola!
El panorama de River es más internacional que un tango en Tokio: con la vista puesta en un Mundial de Clubes que parece organizado por extraterrestres en Estados Unidos, y una Libertadores que da más vueltas que un perro con cinco colas. Di Carlo, que alguna vez se disfrazó de jeque árabe por carnaval, cree que el club está como el ropero de Narnia, tan lleno de hitos que ya hasta los unicornios son abonados del Monumental.
Comparaciones de todo tipo; Real Madrid vende 3 millones de camisetas y River 1 millón, pero ¡ojo! Di Carlo prometió que esos números van a trepar más rápido que un mono en busca de bananas. Como si eso fuera poco, hasta se vanaglorió de que su equipo tiene más socios que todos los amigos de Facebook de un influencer de pochoclos. De verdad, ser de otro club debe ser como comer sopa con tenedor… es divertido ver a River desde arriba del tren del éxito.