El maestro Enzo se baja de la tarima en el superclásico…
¡Atenti pebetes y damas de bombos redoblantes! Enzo Pérez, el Ilustre de Maipú y mayordomo del Monumental, se calza la Diadema Real por última vez en un River-Boca épico. Como un guerrero en su dragón, Enzo cabalga hacia el clímax de su carrera a lo George Clooney en la taquillera “Superclásico en el Paraíso”.
Este domingo, la alfombra roja se extiende para recibir al señor de las canchas, que, entre globos y serpentinas, enfrentará a su némesis tradicional: Boca Juniors. Si el cronómetro de la vida y los contratos no mienten, este podría ser el último Gran Carnaval en el Monumental para Enzo, nuestro paladín de 39 años, quien dará por cerrado su álbum de cromos de partido épicos al tremolar su capa roja un par de veces más.
Enzo, como un Zinedine Zidane con acento en mendocino, agrupa a los cachorros antes del duelo. Quiere que sus compinches sepan que salir a la cancha implica abrir las Puertas de los Milagros. Ah, cómo lo disfruta Enzo, que lleva un currículum kilométrico como un teléfono de cobranzas. Ese viejo caudillo, segundo en senilidad después de Franco “El Pibe Forever” Armani, es capaz de dejar boquiabiertos a todos los hinchas con un toque súbito, una maniobra que hace llorar de emoción hasta a las estatuas más rancia del estadio. ¡Vamos Enzo, que este mayonés no se corta hasta el último minuto!