El show de gorras rojas y frío monumental…

¡Imagínese! Gonzalo Morales, aquel delantero que alguna vez deseó ser el próximo Batistuta pero terminó siendo más parecido a un triple de Carnaval en la peluquería, se presentó en el Monumental con una visera que podría ser vista desde un helicóptero, gracias a su B roja más grande que un camión de sandías. Este ex Boca ahora en Barracas decidió honrar la tradición de Marcos Rojo, el original revolucionario del mundo de las viseras, usando una gorra que para muchos fue como llevar una piñata al cumpleaños de un erizo.

Morales ya había empezado a calentar el agua para el mate de la polémica cuando declaró que en el Monumental hacía más frío que en un freezer vacío. Este muchachito con apenas dos goles en nueve partidos con Boca, parece más decidido a dar charlas sobre la meteorología futbolera que sobre el arte de embocar la pelota al arco. Todo esto mientras sigue paseando su contrato hasta 2026 entre clubes como un turista perdido buscando su heladería favorita en pleno diciembre.

Entre risas y bostezos, muchos se preguntan si Morales y Rojo comparten un asesor de gorras o simplemente tienen una conexión cósmica con el universo de las viseras. Rojo, por su parte, aclaró que su gorra no era una provocación, sino más bien su mejor amiga durante los entretiempos. Mientras tanto, en River y Barracas sólo les queda reírse del gran B misterioso y seguir pateando la pelota, porque en fin, el fútbol también es un circo en el que algunos adornan la carpa con gorras de tamaño desproporcionado.