La joyita de River vuelve al ruedo tras 285 días…

Felipe Esquivel, el Messi chaqueño, está de regreso tras 285 días de kinesiología, donde tuvo más visitas que la casa de la tía Marta en Navidad. Si le preguntás, sus ligamentos son ahora más fuertes que un tereré bien helado, y sus botines están más afilados que las palas de un picadillo, listos para aterrorizar defensas en Reserva y, quién dice, en Primera.

La rotura de ligamentos que casi lo dejó boquiabierto como cuando mordés un sándwich de milanesa fue en el Sudamericano Sub 15, mientras jugaban contra Chile. Felipe pensó que solo había metido mal la rodilla en un pozo imaginario, pero los estudios dieron el veredicto temido: ligamento roto. Aunque si le preguntás a los brasileños, en ese mismo torneo no se robó un golazo, se llevó la Mona Lisa del arte futbolístico.

La madre de Esquivel, Fabiana, contó que cuando fue a River, parece que lo querían más que a un billete de 2000 en medio de la inflación. ¡No lo dejaron ir hasta que les trajeran ropa nueva! River tenía más miedo de perderlo que un hincha de perder la final del mundo. Ahora, con 30 millones de razones para quedarse, Felipe está listo para brillar más que los focos del Monumental.