El Muñeco y sus dilemas tácticos para la hazaña…
¡Atención, atención! Desde Seattle, con más movidas que un ajedrez entre Magnus Carlsen y un taxista porteño enojado, Marcelo Gallardo tiene la cabeza a full tratando de armar un equipo que haga temblar Monterrey. El Muñeco ya descartó a Driussi con un tobillo más hinchado que paquete postal en Navidad, pero ahora se debate entre Borja, Colidio, y algún otro truco que se saque de la galera. ¡Este Gallardo es más misterioso que los ingredientes del Fernet!
El dilema no termina ahí. Como quien elige entre Fernet con mucho o tantísimo hielo, el Muñeco también está viendo si subsanará la crisis futbolera de Pezzella con alguien más saludable que una ensalada: podría soltar a Paulo Díaz con dos rótulas bien aceitadas, siempre y cuando su rodilla no se convierta en película de terror. ¡Qué sangre fría, che!
Y para completar el holograma táctico, está la eterna danza del mediocampo. Gallardo encara la práctica como un chef preparando empanadas de aire, buscando cambiar a Nacho Fernández por Galoppo en uno de esos bailes magistrales que harían ruborizar a Fred Astaire. Todo en el estadio BMO de Los Ángeles, bajo la mirada expectante de aquellos que solo les falta traer pochoclo a la práctica de River. ¡Al fin y al cabo, esto es el fútbol a la Gallardo-dimension!