¡River y el dilema del defensa polifuncional!…
¡Atención, atención! En las oficinas de River el teléfono más caliente que una pizza a las 3 am en el horno. El Muñeco Gallardo se calza la peluca de Sherlock Holmes en busca de refuerzos, mientras la única salida confirmada es Bareiro, quien ya está haciendo las valijas tan rápido que apenas se le ven los guantes. ¡Pero esperen, la función sigue! El radar de refuerzos apunta hacia Maxi Salas, Lucas Cepeda y como cereza, Sebastián Boselli que vuelve como el boomerang de tus clases de primaria. Sumando más locuras al sagrado cuaderno de Gallardo, ahora se suma a la lista Juan Carlos Portillo, un defensor con más posiciones que un juego de Tetris.
Desde Puerto Rico, Misiones, con acento misionero en sus botas, JCP llega para ser el comodín del mazo. Su carrera en Talleres comenzó como lateral izquierdo, pero en un giro más inesperado que un penalti de rabona, se convirtió en un central de miedo. River mete fichas para convencer al presidente de Talleres, mientras Portillo espera con ansias el salto al grande. ¡Atentos Núñez! Algunos jugadores del CARP podrían ser parte del trueque, como si estuvieran en un episodio de “El Precio Justo”.
Con 84 batallas jugadas en Talleres, tres pases mágicos, y un gol que pinta como cuadro de Da Vinci, Portillo conquistó el corazón de Gallardo en la Libertadores 2024. Aunque el pingüino de Córdoba no salió ileso, su actuación fue como para llevarlo al museo. Lo conocieron como el platinado que alguna vez fue la pesadilla de River en un partido decisivo. Cambiando la “a” por la “o”, a Gallardo solo le falta captar la señal del canal 2024 para tener a su comodín estrella en acción.