River: decisiones alocadas de Gallardo…

¡Marcelo Gallardo, el chef del fútbol! Como si estuviera haciendo un guiso de jugadores, el Muñeco revuelve la olla para enfrentar al equipo de Vélez. En medio del caos culinario, decide permitir que Paulo Díaz descanse como un oso en invierno. El chileno todavía no tiene alta médica, aunque parece más un juego de etiquetas que una lesión. La preocupación es que no reviva el drama teatral de Giuliano Galoppo o Pity Martínez, quienes se colapsaron más rápido que una torre de naipes en el viento.

Gallardo enfrenta más dilemas que un poeta enamorado. Lucas Martínez Quarta acumuló amarillas como si fueran papitas fritas y se va al banquillo. Menos mal su compañero de aventuras, Leandro González Pirez, está dispuesto a pelear todos los fines de semana, siempre listo para el próximo round. ¡Y cuidado con Marcos Acuña! El Huevo está apilando tarjetas de advertencia como quien colecciona imanes de heladera. Pero Marc, al estilo temerario de un conductor de autos de carrera, no piensa frenar.

Maximiliano Meza también está en la cuerda floja, al borde de una suspensión con más tarjetas que una timba entre amigos. A pesar de todo, el mediapunta lucha por un lugar en el mediocampo como si fuera una final del Mundial. ¿Gallardo adaptará su menú? El plantel sigue cocinándose en el Monumental, listo para ofrecer el próximo espectáculo culinario ante Vélez. El probable once sigue siendo un misterio más grande que encontrar a Wally en el estadio.