El Muñeco y su club del humor en el Mundial de Clubes…

Marcelo Gallardo, el estratega del fútbol que parece salido de una película de aventuras, se puso la capa de superhéroe después del partido contra la Universidad. Al parecer, River mostró más caras que un cubo Rubik en el último encuentro antes del Mundial de Clubes. El Muñeco frunció el ceño como si hubiese descubierto que su equipo se había transformado en una ópera de dos actos: un primer tiempo prometedor y un segundo acto digno de una peli de terror. Aunque no faltaron las vibraciones positivas, el Monumental vibró más que batidora preparando mayonesa.

Pero ni un empate tibio lo desenfoca de su misión mundialista. Gallardo, que se toma las competiciones con más seriedad que un jarabe para el resfrío en invierno, dejó claro que no se competirá para ver qué se pesca. Eso de medir para ganar es su mantra, y si se enfrenta a extraterrestres, bueno, se pondrá el traje espacial. La historia rememora aquel 2015 contra el Barça de los ‘galácticos’ Messi, Suárez y Neymar. Gallardo, como buen competidor intergaláctico, no se deja amedrentar ni por Juanfer Quintero ni por imaginarse a Cristiano Ronaldo surcando las canchas.

El desafío de Gallardo, aparte de mantener firme la sonrisa de los hinchas, es armar un equipo que funcione como relojito suizo en pantalones cortos, vistiendo la camiseta del más allá. La plantilla podría sumar sorpresas, como quien rellena un alfajor con dulce de leche extra. Pero por ahora, la receta incluye a los héroes locales. Y haya o no refuerzos sorpresa, el objetivo es claro: llevarse la gloria mundial mientras Messi, desde otro universo, le guiña el ojo. Ah, y el equipo sigue soñando con la Libertadores, donde el Muñeco promete más mística de local que en casa de la abuela un domingo a la tarde. ¡A cruzar los dedos y ajustar los botines!