El tobillo milagroso y la vuelta del Gordo…

Hace 23 días, Sebastián Driussi se despedía del Mundial de Clubes con un esguince de tobillo peor que una patada de Chuck Norris. Entre lágrimas y un sufrimiento digno de una telenovela, el delantero se alejó del campo con el drama de quien pierde las llaves de casa. Pero al parecer, Driussi tiene más agilidad que un gato volador porque ahora nos sorprende con una recuperación tan rápida que hace que el correcaminos parezca un caracol.

Según los doctores de River, al ‘Gordo’ le esperaban varias semanas viendo televisión con el pie en alto y comiendo churros. Pero este fenómeno de la recuperación ha comenzado a entrenar antes de lo esperado, y ya lo podemos ver corriendo con la pelota como quien persigue a la última milanesa en un asado. Si sigue así, puede que lo tengamos de vuelta liderando un ataque más potente que una estampida de ñus.

Gallardo debe estar bailando como si hubiera ganado un viaje a la luna, cuidando que Driussi no se convierta en el primer futbolista en jugar con más tornillos que Robocop. Por ahora, el Muñeco lo cuidará entre algodones, esperando alinear a este guerrero del césped como refuerzo especial para la batalla Libertadores en agosto. Mientras tanto, la hinchada espera su regreso listos para corear “¡Gordo, Gordo!” con más entusiasmo que un grupo de fanáticos de Star Wars en la avant premiere.