La epopeya de Platense y el drama del Muñeco…

¡Ay, Gallardo querido, con suerte de bingo en feria y en penales igual! Nuestro querido entrenador de River, Marcelo ‘el Muñeco’ Gallardo, salió de su conferencia más corta del año con el ánimo por el piso como si le hubieran dicho que la chocolatada se había acabado. ¿Qué hizo Platense? Vino con la receta mágica del bloque bajo, la marca pegajosa y la fe del hincha aferrado al Santo Pochoclo y ¡zas! Golpeó justo donde duele: ¡la tanda de penales!

Imaginemos la escena: el equipo millonario, armado hasta los dientes con 23 goles en sus galas anteriores, con la hinchada ya soñando con el trofeo, de repente se encuentra como un gordo en boda viendo que se fue la torta. Todo por culpa de la jugada de Platense, que se escurrió como pez en el agua hasta llevar el choque a meter la pelotita desde el punto fatal. Y es que, en temas de penales, Gallardo tiene más karma que el pibe que nunca aprueba matemáticas, ¡ocho veces ha perdonado las penas desde la distancia del gran punto blanco!

El Muñeco habló del partido como un tango: poesía, bronca y frustración. Los platenses lograron amachar, cortar, bloquear y dejar a River más atorado que bicicleta en barro. Si Platense era para el Muñeco lo que el aguijón para el escorpión, se puso de nuevo a prometer mejoría, como quien promete más tiempo en el gym después de devorar un asado. Pero ojo que la suerte del Muñeco en penales ya le ha dado para escribir un best seller de drama futbolero. River lo intentó, pero Platense cerró las puertas más que mi suegra cuando hay visita inesperada. ¡Humor millonario en los penales, señores!