De Nacho Kung-Fu Fernández al Pity Kung-Funsionado…
¡Agárrense de las tribunas que viene un elogio de Gallardo! Como si hubiera escuchado el «Nacho, Nacho, Emperor», el General de la Banda roja alzó la voz para dejar bien claro que Nacho Fernández no es solo un jugador, sino un superhéroe en pantalones cortos. Después de la goleada a Vélez, el Muñeco pintó a Nacho como si fuera una obra del Renacimiento: impresionante, artístico y con pinceladas de goles magistrales. “Cuando me sacás el Loco Bielsa que llevo dentro, te doy minutos. Dale onda a tus botines y listo, ¡metete en el juego como Nacho!”, casi gritó Gallardo, en uno de esos discursos que hacen cosquillas al alma.
La historia de Nacho no termina aquí. Después de conquistar la altura de Quito y convertir sus minutos en oro, el hombre que ve fuerzas cósmicas en una pelota se reencuentra con las redes tras nueve meses de sequía. ¡Sí, señores y señoras! Nacho decidió que su carrera necesitaba un poco de dramatismo y de romance futbolero, y ahí lo tienen. Al parecer, cada gol que convierte lo hace mientras escucha de fondo la obertura de “Carmina Burana”.
Y el Pity Martínez, nuestro héroe de los vientos y de las alas lesionadas, no tuvo tanta suerte. Con un sóleo castigado y más calambres que en un chicle mal masticado, vuelve a la zona de descanso. Gallardo rezuma sentimientos: “¡Ánimo, Pity! Que la racha mala se convierta en un penal bien pateado y que la frustración dé paso a un festejo loco en el Monumental/Campo de Marte!” El Pity, conocido por su sonrisa que derrite corazas defensivas, se mantiene positivo mientras se aferra a las cintas de kinesiología como un verdadero guerrero de las canchas.