El Muñeco no se guardó nada contra los rumores…

Imaginá que estás jugando al télefono descompuesto, pero en vez de niños con vasos de yogur, lo protagonizan Gallardo, Milito y hasta el carnicero del barrio. Así de enredado está el asunto del Muñeco con sus llamadas a jugadores en los mercados de pases. Como si fuera un espía de película, Gallardo no duda en contactar a los jugadores para preguntarles si quieren subirse al tren de River. “¡Basta de cháchara!”, exclamó. “Primero hay que preguntarle al jugador si quiere venir y después vemos lo de los clubes”, sentenció, cual Sensei del fútbol.

Desde Avellaneda están que trinan, dicen que Milito está más furioso que un árbitro al que le escondieron el silbato. Pero Gallardo, impasible, tiró que con Diego ha jugado al pádel. Y ojo, no al pádel amistoso, ¡sino al estilo Wimbledon! “Si está molesto, no lo noto. Y si quieren decirme algo, marquen mi número, no tengan miedo, locos”, lanzó el Muñeco, dejando claro que él no manda mensajitos…

Por otro lado, al pobre Borja lo traen y lo llevan como una valija extraviada en el aeropuerto. Sus posteos son más misteriosos que los acertijos de la Esfinge, pero Gallardo asegura que no hay dramas en el plantel. “Acá el que juega, juega; el resto, a hacer sombras”. Sobre las redes sociales, Gallardo concluyó como un sabio con mate en mano: “Hoy en día, si te apoyás en redes, te mareás más que taxista nuevo en el centro”.