River revoluciona las ‘stats’ del fútbol…
¡Lo que logró el Muñeco Gallardo con River Plate es más difícil que encontrar un alfiler en un pajar durante un huracán! Mientras el histórico entrenador camina sobre las aguas del Monumental, sus jugadores parecen haber encontrado la fórmula mágica del éxito: ganar, ganar y ganar hasta que sus rivales se desesperen y traten de descifrarlos como si fueran el acertijo de la esfinge. Esta victoria frente a Independiente del Valle les dio una racha que solo el mismísimo Merlín podría haber vaticinado: comenzar un año con una derrota en 24 partidos oficiales, cual película de ciencia ficción de los años ’50.
Desde 1957, cuando las computadoras utilizaban cintas y el pan costaba dos monedas, no se veía algo así. Compararse con la banda de Minella de entonces era como intentar saber quién fue la primera gallina que cruzó la calle. Pero acá estamos, contemplativos ante la obra del entrenador que ha hecho que River transforme las derrotas en cuentos de hadas. Los hinchas de River ahora sueñan con un futuro donde el cielo es siempre azul y las copas llueven sin parar.
Gallardo, en una alarde de falsa modestia que lo hace más entrañable que un abuelo canoso en un comercial de navidad, le adjudicó todo a la “magia”. Sin embargo, la ciencia detrás de su fútbol es digna de equipo de astronautas. No bastó con solo inflar pelotas, hubo caídas tan duras que las paredes del Monumental temblaron, como esa tragedia griega de perder goles en los primeros tiempos. Pero a fuerza de empuje, paciencia y convencer a la pelota a que se deje querer, lograron convertir las críticas en ovaciones. ¡Que viva el fútbol!