El Muñeco vs. los Velocistas de River…

¿Acaso alguien esperaba una tregua de camomilla y masajes relajantes en los entrenamientos de River? ¡Para nada! Marcelo Gallardo, el rey del entrenamiento a lo Highlander, decidió que a pesar de que no hay partido de Torneo Clausura este finde, sus jugadores no se iban a sentar a contar moscas hasta el sábado. Y como un Picasso con gusto por las sorpresas, le pintó un desafío inesperado a sus jugadores: un circuito de velocidad donde él mismo, sí, él y sus músculos legendarios, se mediría contra los velocistas del plantel. El pobre Circuito de 8 obstáculos llorando en un rincón, porque realmente, jamás pensó ver tamaña competencia hasta ahora.

En esta obra maestra del humor futbolero, el Muñeco jugó como el remolino del terror para sus dirigidos. Cada carrera era un show de sonrisas y estrategia. Nacho Fernández y compañía trataban de no ser atrapados por los tentáculos veloces del deté, que en más de una ocasión terminó como un pulpo rodeando un balón, o mejor dicho, una camiseta, porque no había manera de frenarlos a otra cosa. Así, entre risotadas y empujones como en un sketch de los 3 Chiflados, el entrenamiento en el Camp se convirtió en el set perfecto para una comedia de errores bajo el sol de Buenos Aires.

Pero no todo fue jolgorio y fanfarria bajo las nubes del entusiasmo. River se está afilando los colmillos para enfrentarse a San Martín de Tucumán por los 16vos de Copa Argentina. Gallardo, como un chef preparando un asado legendario, baraja nombres para su alineación ideal, aprovechando el tiempo entre cada carcajada para cerrar la estrategia definitiva. Con Armani listo para ser el guardián del arco y una defensa en la que el único dilema es quién ocupará el puesto de Martínez Quarta, River se sumerge serio en el océano futbolero que le espera, sin olvidar las sonrisas que dejó el insólito entrenamiento. ¡Vamos, River!