Gallardo, penales y la maldición del trébol de 8 hojas…

¡El Muñeco está que arde! Imaginate a Gallardo en medio del Monumental, como un maestro de kung-fu que olvidó su kata. “¡Si nos invade esa negatividad de definir por penales…!”, decía, como quien ha perdido el billete del sorteo. Ocho veces consecutivas pateando penales y ¡plin! como cuando intentás inflar un globo con un sólo pulmón. Platense, con la elegancia de un gato que derrama un vaso, les sacó el caramelo de la boca.

El pobre Muñeco, que ya carga con más cruces que un mapa del tesoro, busca revertir la estadística con más fe que pensamiento, pero ahí sigue, como un equilibrista en cuerda floja bajo una lluvia de tomates. “Los pateadores tienen que ir con confianza”, sugiere, mientras recuerda que una vez el Cruzeiro fue la única grieta en la muralla de las derrotas. Ni siquiera Franco Armani pudo sacar la varita mágica esta vez, aunque voló como un Harry Potter sin escobita.

Marcelo “No pierdo la fe” Gallardo todavía apunta al horizonte con más optimismo que un perro persiguiendo su propio rabo. Así que el Muñeco se refiere a la frustración como ese amargo caramelo de limón que te hace sacudir la cabeza. Pero tranquilo, que esto bien podría ser un meme de Gallardo rezando al dios de los penales por una próxima tanda triunfal. ¡Que se preparen los pateadores, porque la suerte, tarde o temprano, volverá a sonreír!