Los magos del banquillo de River y sus desapariciones…

Marcelo Gallardo se ha convertido en el Houdini del fútbol, haciendo desaparecer jugadores como si fueran pelotas en un truco de magia. Con la misma ousadia con la que uno se saca una pelusa del ombligo en público, decidió dar un toque moderno al River Plate, ¡y qué modernidad!

Ahora, en vez de Kranevitter, Lanzini o Simón, la cancha verá a jóvenes promesas con nombres casi ideales para una telenovela. ¿Ian Subiabre? Parece el protagonista sacado de un thriller adolescente. Y así, mientras los viejos rockeros del fútbol buscan nuevos escenarios, en River se abre el telón para los juniors del fútbol. En un acto de liberación emocional casi digno de una telenovela turca, el Muñeco les dio abrazos, kleenex ¡y muchos besos virtuales de despedida!

Las críticas llovieron sobre él, como si fueran pelotas de tenis en Wimbledon. ¿Pero qué va a hacer el querido Gallardo? “Siempre hará lo correcto”, dice él, relajado, como un camarero que pone un huevo poché sobre el café. Sabe que para seguir en el juego hay que tener una carta bajo la manga, y vaya si no es más loco que llevar un balón al baño.