Cláusulas, misterios y el arte del Muñeco…

¡Atención, atención! El Muñeco Gallardo, el estratega del fútbol argentino con más trucos bajo la manga que un mago en crisis, volvió a hacer de las suyas. Tras el 4-0 a Instituto, el hombre de la eterna gorra habló sobre las famosas cláusulas de 100 millones de euros que River le puso a varios juveniles. “No se confundan”, dijo, como si hablara de una receta secreta de empanadas. Gallardo, con su don de palabra, aclaró que estas cláusulas gigantes no son un truquito de feria, sino una especie de póliza de seguros para los jugadores. Algo así como ponerle candados de oro a la puerta del televisor, vaya uno a saber por qué.

En un juego de ajedrez donde los peones valen más que las torres, Bautista Dadín, Lautaro Rivero, Alex Woiski y Facundo Colidio están tan seguros que ni la carpa de un circo ambulante los resguarda mejor. Ni bien se mencionan esas cifras, uno imagina a los juveniles con capas brillantes y peinados de héroes de telenovela: “Son chicos”, recordaba Gallardo con tono paternal. Porque, claro, un chico de 100 millones no se encuentra en cualquier kiosco. Mientras ellos aprenden a patear sin tropezar, está claro que River quiere competencia, y si hay que poner los euros de anzuelo, ¡que así sea!

La goleada del sábado dejó a los hinchas más contentos que perro con dos colas. La sociedad con Lencina, el nuevo aprendiz goleador que dejó boquiabiertos hasta a los heladeros del estadio con dos goles, es prometedora. Y en cuanto al espectáculo, River da cátedra en el arte de marcar goles y mantener a todos al ´¡uy!´ cada cinco minutos. En la cancha, el equipo del Muñeco es como una orquesta en plena producción, donde cada nota, o en este caso, cada jugada, parece milimétricamente calibrada para dar el golpe justo en el momento justo. ¡Que sigan los goles, Muñeco, y las cláusulas que nos hagan reír un rato más!