El encanto de perder tandas y superar leyendas…

Marcelo Gallardo lleva tiempo haciendo malabares en el circo de los penales y, con la destreza de un león descoordinado en un aro de fuego, logró una proeza digna de una historieta: convertirse en el rey del drama de las tandas. Al parecer, el Muñeco encontró en los tiros desde los doce pasos un enamoramiento tan extremo como el de un gato con su enemigo, el agua. Después de todo, ¿quién necesita ganar por penales cuando podés ser una leyenda del infortunio?

Esa octava derrota ante Platense debe haber sido en un universo paralelo donde los penales son un deporte de riesgo y ganar está sobrevalorado. ¡Bye bye, César Luis Menotti! El mismísimo mago de la estrategia quedó opacado por un Muñeco que, con firmeza de gelatina y coraje tontón, tuvo el valor de perder más que nadie. La historia de los penales perdidos tuvo su núcleo en la época espacial del torneo 1988/89, un torneo donde empates se chutaban con penales. ¡En aquel entonces, pensaron que los penales eran como caramelos en el recreo!

Además, Gallardo comparte la lista negra con otros titanes como Daniel Passarella, que seguro tiene un cuadro de honor en su casa que dice “Simpático Perderdor de Penales”. ¡Ah, las historietas lo celebran! Así que, queridos pateadores, si sueñan con ser héroes del penalti, sigan su ejemplo: ¡más penales errados y gloria garantizada en el club de los persistentes!