Magia, varitas y goles en el Monumental…
Una vez más, Marcelo Gallardo, el Muñeco que hace magia sin varita, saca trucos de la galera que ni Houdini se animaría. Cuando preguntaron a nuestro ‘David Copperfield de la pelota’, cómo logró convertir una racha amarga en un desfile de goles, su respuesta fue digna de un conejito saltando feliz: “Magia, todo es magia, muchachos, ¡saqué una varita y pum!¡3-0!”. Imagínense a Hogwarts llamando para ofrecerle un puesto de profesor de Transformaciones Futbolísticas.
Es que para Gallardo la vida no se complica ni aunque la hinchada se ponga de cabeza. “Trabajo, tiempo y convicción”, aclaró entre risas, mientras le guiñaba un ojo al destino. Abatido, no. Magro de goles, ¡jamás! Según el Muñeco, perder con Talleres sólo fue parte de una ilusionante estrategia para que nadie sospechara de su camino al título. Porque en el fútbol, como en la magia, todo puede cambiar con un pase de manos.
Y ahora, con un River fluyendo como el agua por las Cataratas del Iguazú, Gallardo también se dio el lujo de lanzar otro hechizo: “no hay nada que discutir, muchachos; cada individualidad que crece, hace que crezca el rendimiento del equipo”. Así que, si ves a Gallardo rodando una alfombra mágica por el Monumental, querido lector, no te sorprendas. Con su toque, hasta podría hacer volar a un tanque.