Gallardo medita si Borja sigue como titular o de florero en el banco…

Miguel Ángel Borja está al filo, pero no el filo del gol, sino del desgarro emocional. Nuestro querido Colibrí, una vez amenazante como un rayo, ahora desafía las leyes de la probabilidad errando penales. En la encuesta de Olé, 54% de hinchas apuestan por su titularidad, al menos hasta que recupere el mojo. Mientras tanto, Marcelo Gallardo juega al psicólogo, debatiéndose si dejarlo en cancha o darle vacaciones en el banco.

Borja y el arco parecen dos imanes cuyos polos se repelen. Los compañeros intentan resucitar su confianza, lo mimen más que al cachorro del club, pero sus tiros parecen precalentamientos para el arquero rival. Ni las lesiones de sus competidores lo benefician. Para colmo, el rumor de renovación de contrato pasa de seguro a misión imposible. Sus goles ahora cobran vida solo en anécdotas del pasado, entre risas nerviosas.

La esperanza aún no se extingue en River. Gallardo y el club buscan mantener a Borja lejos de ser el meme del año. La afonía de González Pirez es simple metáfora del grito de gol que todos añoran. Entre tanto, la hinchada se mantiene dividida, entre un “dale Colibrí, tú puedes” y un “ponelo a otro antes que termine siendo un carrusel de memes”.