El volante santiagueño se va a Montevideo…
¡Agárrense los sombreros y las pelotas! Jonás Luna, el simpático y talentoso volante de River, decidió que Núñez le quedaba chico y que el verde césped del Monumental ya no le da la sombra necesaria. Este santiagueño audaz ha resolvido cambiar las albicelestes bandas de River por los horizontes charrúas del Montevideo Wanderers. Imaginemos que Demichelis, al enterarse, dijo: ‘¡Ay, Jonás, qué tango más triste!’ mientras tocaba un acordeón imaginario.
Luna seguramente ha escuchado el llamado de los tambores de Montevideo después de 60 partidos en Reserva y una lista de conquistas que harían a Genghis Khan parecer un amigurumi inofensivo. Con cinco goles épicos y seis asistencias mágicas, decidió que era hora de embalar sus botines, despedirse de los tucumanos del vestuario y aventurarse en busca de nuevas hazañas. Porque todos sabemos que el fútbol uruguayo es como un mate amargo, difícil de resistir y siempre sorprendente.
Conquistó títulos en Reserva, y aunque Demichelis lo tenía convocado como suplente fiel en la capota del equipo de Primera, Jonás anhelaba más protagonismo. El muchacho no se conforma con ver partidos desde el banco y decidió que ser un gladiador en las canchas uruguayas es la aventura que su novela deportiva necesita. Desde aquí le deseamos suerte y que su historia se cuente entre las leyendas con chistes del Río de la Plata de por medio.