Lágrimas de cocodrilo en el Monumental…
Un decreto celestial ha señalado el regreso del príncipe de las nalguitas más famosas del mundo del fútbol, ¡Juan Fernando Quintero! Este crack, después de 1.015 días (pero, ¿quién está contando?) y un par de aventuras en tierras lejanas, vuelve a su santuario: el estadio Monumental. Si te preguntabas qué hacían las abuelas con los sobrantes de gasa estéril, es momento de saberlo, porque las lágrimas correrán cual cataratas del Niágara en este esperado reencuentro con el Nalgón más querido de Núñez. Esta es una novela tan emocionante que ni siquiera Julieta hubiera sido capaz de escribirla.
Aquella emotiva noche de despedida en el Monumental fue casi digna de una telenovela. ¡Imaginen a Juanfer empujando a Echenique en un momento de drama total! Al parecer, quería resumir tres años de emociones en un solo gesto, ganándose la única roja posible en su trayectoria con River. Pero como todo buen protagonista de serie, luego de coquetear con el equipo rival colombiano, el guion ahora lo llama de vuelta al lado de su querido “viejo”, Marcelo Gallardo. ¡Y no, no hablamos de un abuelo de pueblo, sino de su tan amado DT!
Ahora, como si de un superhéroe volviendo a su ciudad natal se tratase, Quintero está listo para dejar la impronta de su regreso en el verde césped del Monumental. Con un Gallardo como un director de orquesta dirigiendo sus primeras notas, Juanfer está más dispuesto que un tanguero a bailar con la pelota de nuevo. Atentos porque, cuando entre a la cancha, los pañuelos estarán en alza y las gargantas listas para un grito que resuene por todo Buenos Aires. Prepárense, la función está a punto de comenzar.